Estos breves fragmentos escritos por Ángel Guerra quieren ser una humilde aproximación a la obra de este genial escritor canario.

“Yo no aspiro a mayor gloria,
mas ilusiones no tengo,
que cuando mi vida acabe,
mudo ya mi pensamiento,
pongan dentro de mi caja
las rosas de nuestros huertos.”

“Yo pienso muchas veces en que un día la esclavitud blanca y el dolor humano serán reducidos. Todos los hombres serán iguales, hermanos. Si esta obra no la realiza la piedad, estoy seguro que la llevará a cabo la violencia.”

(Extraído de su obra titulada “Del vivir revolucionario”)

“Por ancho mar proceloso,
donde ruge la tempestad,
como alarido horroroso
de un invisible coloso
que gime en la inmensidad,

un batel desmantelado
bogaba con rumbo incierto,
cuando quedó embarrancado
dando tumbos encallado
sobre un escollo cubierto.”

“Quisiera recorrer todos los países del mundo, admirar todas las maravillas que ha creado la inteligencia del hombre sólo por el placer de volver algún día, fatigado pero alegre, a descansar en medio de una heredad de mi terruño nativo, sólo por decir a todo el mundo que no hay país como mi hermosa tierra canaria.”

Ángel Guerra (José Betancort Cabrera) nació en Teguise (Lanzarote) el día 19 de marzo de 1874.

Publica sus tres primeros libros: «Semblanzas» (1898), «De Arte» (1899) y Aguas primaverales (1900).

Con motivo de un viaje a Santander, con Benito… Pérez Galdós, escribió su primera novela, «A bordo».

Su maestro en el periodismo fue Luis Bonafoux.

En el campo de la crítica literaria escribe Literatos extranjeros (1903). También publica varias novelas, Al sol (1903), «Cariños» (1905), «Agua Mansa» (1906), «Mar afuera» (1907) y «Al jallo» (1907).

En su estancia en París, saca un nuevo libro, «De mar a mar» compuesto por dos novelas cortas, «A bordo» y quizás su obra más conocida «La Lapa», desarrollada totalmente en la isla de Lanzarote.

En 1912 publicó en Valencia «Del vivir revolucionario» donde manifiesta mucho entusiasmo por las grandes luchas de la humanidad.

El Patache lo publica en 1930.

Para más información sobre la vida de Ángel Guerra véase Obra Escogida de Ángel Guerra Ed. Edirca en la introducción realizada por Antonio Cabrera Perera.

Siempre he creído que si realmente estos autores se conociesen y leyesen por parte de los canarios, nos daríamos cuenta de toda aquella gente buena de verdad que tenemos y hemos tenido en esta tierra. Y nos ayudaría mucho en nuestras luchas diarias. En este caso, hay dos personas a las que debo el conocimiento de este autor, una era mi profesora de literatura de 2º de bachillerato, que nos dio La Lapa como libro a leer y otra es Víctor Ramírez, que me hizo descubrir el siguiente libro que voy a leer «Del vivir revolucionario» a través del que les dedicó últimamente a Galdós y Ángel Guerra, recogido de los artículos que publicaba en el Diario de Las Palmas y en el periódico Liberación, editado por el mismo como suele pasar con la mayoría de nuestros escritores buenos porque si no esa obra no saldría a la luz. La verdad siempre he sido dotado de la fortuna de encontrar en el camino a personas, que han alimentado mi inquietud.

Estos fragmentos y reflexiones que voy a poner a continuación están sacados de la obra de Ángel Guerra que se titula «Al Sol», fueron escritos con la esperanza de que pudiesen servir de motivación a alguien para acercarse a lectura de dicha obra.

Esta obra es la primera narración canaria de Ángel Guerra. En la lectura del primer capítulo, inmediatamente me doy cuenta que es una obra que puede tener mucho aprovechamiento pedagógico en los institutos, pues nos define muy certeramente hechos cotidianos de la vida de la gente más humilde de las islas. Así como el funcionamiento de algún instrumento dedicado a la fabricación de un alimento muy conocido. Las virtudes pedagógicas, así como la calidad literaria de Ángel Guerra, te trasladan a ese periodo de la historia en que él vivió, te hacen sentir como si hubieses hecho un viaje en el tiempo para contemplar aquellos paisajes todavía no machacados por el boom urbanístico.

La obra comienza así:

«Comenzaba la acequia, allá por las Chorreras, en el hueco de unas peñas cubiertas de helechos, y corría el agua, después de pasar por un canalillo de madera sobre un puente rústico, a través de los campos caldeados, bordeando el camino polvoriento, encajonada en los macizos muros de lajas unidas, a cuyos bordes las calabaceras extendían sus largas ramas y las ñameras, erguidas en sus tallos, dejaban colgar sus hojas verdes, que sombreaban la mansa corriente, sin espumas, sin ruidos, fresca y cristalina».

Cuando leí por primera vez La Lapa no era consciente de lo que tenía entre manos, pero ahora con algo más de experiencia vital, me doy cuenta que estoy ante uno de esos escritores de los que hay que leer toda su obra publicada.

Otro fragmento del libro «Al Sol» de Ángel Guerra que describe un viejo molino en un lugar aparentemente inventado, pero que guarda mucha relación con nuestra tierra canaria. Una descripción que me gustó mucho y que ojala se utilizase más en los colegios e institutos de Canarias.

«De pronto el agua saltaba, revolvíase luchando, presa en las turbinas, y en aquella oscuridad medrosa del cubo del molino se la veía agitada, salpicando gotas, cubriéndose de espumas, ansiosa de salir y presa de la paleta de la rueda que la… retenía, que la volteaba al girar locamente, chirriante el hierro viejo, mientras arriba sonaba el roce crudo de las piedras triturando el millo, mordiéndolo, pulverizándolo, y el golpe de la tolva, rítmico, acompasado, dejando caer la molienda grano a grano; y cuando deshecha, encolerizada, cubierta de espumas, como si hubiese copiosamente sudado en la brega, salía de nuevo al aire huyendo, lamía las losas de los lavaderos, dejando en sus grietas copos blancos, limo revuelto, un rastro como las manchas de sangre en su carrera un herido, cuando no la azotaban otra vez y la llenaban de jabón, infiltrándose la mugre de las ropas sucias; mas, luego, reponiéndose con coquetería, recobraban sus linfas transparencias hermosas, devolviendo a los ojos las imágenes del paisaje y las proyecciones de los aleros de las casas fronterizas, para después más abajo, a pocos pasos, al trasponer el minúsculo puentecillo de lajas sobre el camino, en el abrevadero, volverla enseguida a revolver y enturbiar las pezuñas del rebaño, los excrementos de las vacas, los cascos inquietos de los caballos que beben a placer sedientos de frescura, en los días de bochorno estival, en las soleras de agosto».

(Fragmento extraído de su obra “Al sol”).

GUERRA, Ángel [Pseud.Betancort Cabrera, José], «Cariño eterno», Diario de Las Palmas (Gran Canaria), (17-Mayo-1898)

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GUERRA, Ángel [Pseud.Betancort Cabrera, José], «Vida artística: Colores y líneas», Alma Española (Madrid), 17, (6-Marzo-1904)

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GUERRA, Ángel. «El juego de derechas e izquierdas» (Crónica telegráfica, especial para «Hoy»). Hoy. Diario de información. Las Palmas de Gran Canaria, Domingo 24 de junio de 1934. Año II nº 344. Pág. 1

MADRID, 23 (18,35) Todos los grupos políticos están dando las máximas facilidades para la más rápida aprobación de los Presupuestos.

En ese afán de las facilidades coinciden las derechas y las izquierdas, después de haber declarado casi todos los grupos en el debate económico que se ha venido desarrollando en las sesiones nocturnas del Parlamento, que la situación de la hacienda hay que normalizarla y que la cuestión presupuestada es urgente el resolverla a fondo, acabando, en lo posible, con el déficit inicial de tanta cuantía que hoy se viene arrastrando.

Es sorprendente que todos esos grupos hayan dado marcha atrás en sus preocupaciones y se hayan decidido a dar paso a unos presupuestos formularios que han repudiado. Hubiera sido mejor apartarse de una ficción rechazando los presupuestos, que ninguna innovación contiene, ir sencillamente a una prórroga trimestral, y en octubre, con la prórroga del último trimestre, estudiar unos presupuestos verdad, concediendo a ellos toda la atención y todo el tiempo de las Cortes.

Pero se ha hecho así, porque se ha atravesado el interés político.

Con este presupuesto formulario aprobado, ya queda expedita la prerrogativa presidencial. En primer término, se puede presentar la crisis, con un cambio de Gobierno en cualquier momento, ya que no existe apremio de una ley económica; y, sobre todo, se hace factible la disolución de Cortes, si fuera necesario. Ahí está el secreto.

Todos los grupos políticos muestran empeño en dejar el camino expedito. Las derechas, porque aspiran a gobernar pronto, quizás alimentando exageradas esperanzas; las izquierdas, aspirando a una inmediata disolución del Parlamento, también haciéndose demasiadas ilusiones.

Este juego de derechas e izquierdas es bien visible. Las unas defienden al Gobierno, pensando en sustituirlo como heredero forzoso; las otras, atacándolo día por día, con propósito de derribarlo, creyéndose que lo van a reemplazar para dirigir unas nuevas elecciones generales. Así, cuando surge una dificultad, las derechas claudican por fervor ministerial, como aconteció con la reforma agraria, abandonando un compromiso contraído con los electores; y los socialistas, que habían anunciado la retirada después de la Esquera Catalana, se quedan en sus escaños, a pesar de los diversos incidentes acaecidos a varios de sus diputados.

Pero será lo más posible que unos y otros se vean defraudados y que el actual Gobierno, al que se le asigna vida tan corta, la tenga más larga de lo que se supone. Porque lo impongan las circunstancias, que son las que en política suelen ser más poderosas que las intrigas de los grupos con apetito de poder.