Por Iñaki Urdanibia

«La arena del desierto», editado por Lengua de Trapo

Con frecuencia se dice ponerse / meterse en la piel de otro, para dar a entender que se trata de descubrir los motivos de ciertos comportamientos que en principio resultan distantes con respecto a los propios; decirlo es fácil, hacerlo difícil y es que bajo la piel están los sujetos con la huella de los ambientes vividos, la geografía, la educación, la clase social y otra serie de condicionamientos. Lotte Lentes, nacida en Alemania hace treinta años e instalada en Amsterdam, se propone hacerlo en su primer libro, «La arena del desierto», editado por Lengua de Trapo, y a mi modo de ver lo logra al dar una visión cercana y plenamente creíble de lo que se mueve en la mente del joven nacido en Roubaix, en el norte de Francia, que responde al nombre que consta en el título de este comentario.

El muchacho vive con su madre, solos, ya que el padre se largó justo antes de que Majid naciera, alegando que el hijo se su mujer no era suyo… La madre temía que la vida de su hijo se asemejase a la de su marido, de ahí que le reprendiese por frecuentar malas compañías, que hicieron que tuviera algún roce con la autoridad. Cuando el hijo comenzó a acudir a la mezquita y a las reuniones que en ella se celebraban, lo celebró al pensar que su hijo adoptaba el buen camino, camino de oración y de comportamientos alejados de la delincuencia, a pesar de que la madre no practicaba para nada los preceptos y rituales religiosos. Lo que no ve la madre son las consecuencias que va a suponer el adoctrinamiento al que es sometido su hijos y otros fieles jóvenes. Llegado un momento el muchacho decide irse a combatir a Siria que es donde el ISIS lleva el combate contra los enemigos del verdadero dios. Tras pasar por Turquía, participa, ya en Alepo, en algún combate aunque es retirado del frente ya que al ver caer a algún compañero dispara más munición de la debida; tal desobediencia hace que sea destinado a la retaguardia a una prisión en la que están recluidos periodistas, supuestos espías, occidentales… En tal lugar es puesto al corriente de la tarea a desempeñar por un tal Abú, que muestra hacia él, cariño – sin que ello suponga, de ninguna de las maneras, contacto físico -. En tal prisión se siente tan preso como los detenidos, siendo su única diversión sus cantos de canciones de Jacques Brel, Charles Trenet, que muestran sus nostalgia por su país de origen y su lengua, y que son coreadas por algunos detenidos francoparlantes. Otra de los entretenimientos, que sirven a la vez de lecciones por medio de las puntualizaciones de Abú, el visionado de algunas películas que sirven para conocer al enemigo: PlatoonSalvar al soldado RyanApocalypse NowLa chaqueta metálica, ya que en ellas se aprenden más cosas que en las posturas de los amigos.

Cuando le es entregado el Kalasnikov se siente más cercano del propósito de convertirse en un combatiente por las ideas del Profeta, y en contra de quienes les maltratan, les esquilman, se aprovechan de sus mujeres, etc., como si la posesión del fusil supusiese una aceptación firme. Un días el temido, y riguroso, Comandante le convoca y tras elogiarle le dice que ya está preparado para combatir, va a ser, no obstante, Abú quien le oriente a variar los planes propuestos que al final iba a ser embestir con algún camión cargado de explosivos en algún mercado de Afganistán, o Iraq, siendo su muerte segura; de hecho suponía un viaje a la muerte segura. La alternativa va a ser la de ir a Europa y convertirse en un mártir y en caso de salir victorioso ser recibido como un auténtico héroe. Tren autobús… y se planta en Alemania en donde es acogido por una pareja, mujer y hombre, afganos, que le tratan con respeto, aun sin saber nada acerca de la acción que va a realizar; más tarde ya en Bélgica, accede a un piso franco en el que viven Omar y Arman, y en que no deja de contemplar la mochila que ha de acompañarle en la acción… La compañía de estos dos jóvenes no le resulta ejemplar de ninguna de las maneras, pero él está llamado a brillar, a destacar, a convertirse en una persona celebre.

Al tiempo que avanza hacia el lugar de la acción, los recuerdos le invaden la mente y hasta las imágenes de su madre resultan intercambiables con algunas de las mujeres que por allá deambulan…, imágenes que se mezclan con los nervios y los temores, y hasta con las titubeantes dudas… haciéndonos entrar en las presurosas cavilaciones de un ser en los límites de la entrega de su vida.

Aixa de la Cruz, en el Prólogo: El enemigo interior, señala algunas claves de cómo Lotte Lentes sintió la necesidad de escribir sobre el tema, ya que fue testigo de un brutal, y mortal , atentado en el que el inmolado lucía unas playeras Nike… Sintió una sensación de cercanía en la medida que el imaginario, los modos de vestir y las ideas ambientes recibidas habían coincido, al menos en parte, con las recibidas por el muchacho que hizo explotar la bomba… Los yihadistas provenientes de Europa han sido forma(tea)dos por los mismos canales que lo ha sido la escritora, y la misma estética (las películas guerreras que ven son productos de Occidente, del enemigo), y hasta los vídeos sanguinarios que el Daesh promociona reflejan ciertas corrientes de series elaboradas en territorio enemigo… concluye Aixa de la Cruz sus pinceladas introductorias, diciendo que «Cualquier contaminación marca el lugar en el que acaban los dogmas y, como demuestra esta novela, es también el punto en el que nace la literatura».