Por Iñaki Urdanibia.

Novela que une a dos mujeres, como tales, a pesar de las diferencias de los siglos.

«Un libro potente, apasionante y provocador que mezcla con maestría los hechos con la ficción para llenar de contenido muchos debates científicos».

(Yuval Noah Harari)

La primera es la última Neandertal y la segunda es una arqueóloga que halla restos de la primera precisamente; un cruce o encuentros de dos vidas, de dos mujeres a las que les separa la friolera de 40000años, mas que las circunstancias hace que se dé entre ellas cierta forma de relación y coincidencias.

Es otra mujer, Claire Cameron, canadiense nacida en 1973, quien nos relata la vida de ambas mujeres en su «La última Neandertal», editado recientemente por Maeva. Se da en la novela un entreveramiento entre investigación científica y arqueológica y narrativa que da cuenta de dos vidas, con sus respectivas circunstancias.

No exagera alguien que de estas cosas sabe algo, bastante, en su afirmación que he transcrito encabezando este artículo, ya que el autor de Sapiens es un conocedor de estos tiempos prehistóricos, y ciertamente en el libro se nos entregan lecciones de diferente tipo: por una parte, se da una recreación de la dura vida que llevaban los neandertales con el fin de sobrevivir a las calamidades naturales, unos fríos inmensos, a los ataques de diferentes animales, y, la carencia creciente de comida, y por otra parte, nos hace penetrar en las excavaciones de la afanosa arqueóloga y los más y menos que tiene con quienes colaboran en la tarea, más siempre con el fin guiado por el espectáculo de que los descubrimientos saonados fuesen expuestos en un museo.

Desde el principio nos es presentada la familia de Chica, encabezada por Gran Madre y compuesta de Gordo – fallecido a causa del ataque de – un bisonte -, Gran Chica – que se fue con una nueva familia -, Chico – el macho a cargo de la familia -, Lisiado – que había nacido con un antebrazo torcido -, Chica – que está a punto de alcanzar la mayoría de edad -, Otro Chico, que fue atacó un león cavernario, y Canijo, que apareció por allá, sin que se sepa a qué Gran Madre pertenece; sin olvidar al voraz Gato montés. Ya desde ese momentos, los capítulos se van a ir entrelazando y alternando: por una parte, la existencia problemática de esta familia en trance de desaparecer, y por otra el campo en el que trabajo la arqueóloga, los hallazgos, el fiel ayudante Andy y otros colaborados, alguna de ella, impuesta y desconocedora del tema, ya que su pasado profesional ha sido junto a los gibones africanos, vamos que es primatóloga.

Chica va a ver cómo van cayendo quienes le rodean, no sin que vayamos conociendo el poder de Gran Madre, las órdenes y las pautas que marca a la familia que han de ser seguidas a rajatabla, si no… piedra que te va. Chica ya está en edad de procrear y precisamente la cercanía con Chico hace que al final quede embarazada; ante tal realidad, Gran Madre opta por mandar a la joven fuera del ámbito familiar, para evitar tales relaciones… El modo de alimentación, los sistemas de caza y pesca nos son desvelados y también las sangrientas batallas que les enfrentan a bisontes, terneros, hienas, osos y… El caso es que para buscar pareja, o nueva familia, se ha de ir a la carrera de peces; en el momento del deshielo, los peces comienzan a saltar liberados de la capa de hielo que les aprisionaba y aquello se convierte en un verdadero festín para los humanos y para los osos que comparten banquete, ateniéndose a unos firmes rituales a la hora de repartirse espacios de captura, etc. La llegada a tal lugar del río, se da con la única compañía de Canijo, los demás han muerto, atacados por las fieras, dándose la sorpresa de que allá la única familia es la que ellos dos componen… ¿y los demás? La embarazada acabará dando a luz, más el fin se ve cerca…

Rose Gale vive para su trabajo, Simon, su pareja, se lo echa en cara cuando se ven, que es en contadas ocasiones. En la excavación en curso se hallan algunos restos que la mujer data, con la ayuda de las pruebas del carbono, en los momentos en que coincidían en la tierra los neandertales y los hombres modernos. Tal situación le sirve para defender la teoría de que los primeros tenían un grado de desarrollo a los humanos y que su desaparición se debió en gran medida por su escaso número en lo que hace a población. Tales tesis, expuestas con detalle en las páginas del libro, le enfrentan con la voz cantante de los especialistas que se empeñan en mantener la inferioridad de los neandertales y la superioridad de los humanos modernos que aniquilaron a los anteriores. Todo esto sucede en medio de dos circunstancias: que si alguien no da fondos para la tarea aquello se va al traste y, en segundo lugar, la arqueóloga descubre que está embarazada. Los contactos con la academia y con algunos posibles patrocinadores, nos desvela las diferentes visiones que con respecto a los hallazgos arqueológicos se dan: por una parte, el rigor de las demostraciones que guían a Rose Gale y, por otra, un director de museo, dispuesto a poner el dinero, siempre que el enfoque de los restos descubiertos sirvan para vender una historia llamativa y espectacular… No cabe duda de que la cosa se las trae ya que los hallazgos son los de una joven neandertal y frente a ella, como mirándola, un hombre que se antoja moderno… los dos amantes que unen el eslabón perdido de las relaciones entre los homo neandertalis y los homo sapiens [unidos en un abrazo desde hace 40000 años. Así es como la foto de dos esqueletos, uno enfrente del otro, dio la vuelta al mundo en 2007. Un descubrimiento del símbolo del amor eterno. Eran los amantes de Vakdaro (mantua) que Claire Cameron ha querido “devolver a la vida” en una historia de ficción]. Conoceremos los tiras y aflojas que se dan en el trabajo, los que enfrentan a la embarazada con Simon que es el padre del que está por llegar, etc.; y el deseo permanente de Rose Gale por permanecer al pie del cañón hasta que el parto se lo impida, por amor a la verdad y el temor de que la investigación se tergiverse por aparte de Caitlin, la primatóloga, que ella sospecha que es una espía incrustada por el jefe del museo…

Sea como sea, dos mujeres unidas por el tesón, Chica y Rose, ambas guiadas por el afán firme de llevar adelante sus tareas de madre – todo fluye, pero algo permanece a lo largo de los siglos – y de cumplir con lo que consideran su tarea de sobrevivir y de investigar.

Quede constancia que todas las informaciones que se nos facilitan sobre la vida de los neandertales, y los datos acerca de su historia suministrados por la arqueóloga están presentados con un lenguaje liso y llano, lejos de cualquier forma de tecnicismo, lo que nos hace entrar en el complejo tema con absoluta normalidad, cumpliendo así el libro aquello de enseñar deleitando, para más atractivo, por medio de el género narrativo.