Por Iñaki Urdanibia
In memoriam de Robert el diablo que decía Louis Aragon, con motivo de un doble aniversario: 120 de su nacimiento y 75 de su muerte
El poeta nació en París el 4 de julio de 1900 y murió el 8 de junio de 1945 a causa de la desnutrición y el tifus en el campo de concentración de Terezin, en Checoslovaquia, adonde había sido llevado por los alemanes en su retirada con los deportados del campo de Buchenwald; su muerte se produjo días después de que el campo fuese liberado por las tropas rusas. En su cadáver se encontró su último poema: «Tanto soñé contigo, / Caminé tanto, hablé tanto, / Tanto amé tu sombra, / Que ya nada me queda de ti. / Sólo me queda ser la sombra entre las sombras / ser cien veces más sombra que la sombra / ser la sombra que retornará y retornará siempre / en tu vida llena de sol», poema dedicado a su mujer Yoki, mujer, a la que nombraba como sirena, y a quien dirigió una carta días antes de fallecer en la que le decía que volvería lleno de amor y de fuerzas, compañera en la que halló el amor único y total que suponía la culminación del amor surrealista, temática a la que dedicó sus poemas en la época dadá y surrealista; cuando llegaron sus cenizas a su país, Paul Eluard pronunció el elogio fúnebre, «ha habido en Desnos dos hombres tan dignos de admiración el uno como el otro: un hombre honesto, consciente, fuerte en la defensa de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes y un pirata tierno y loco, fiel como ninguno a sus amores, a sus amigos, y a todos los seres de carne y de sangre de cuyas desgracias y felicidades no es ajeno, las pequeñas miserias y y los pequeños placeres». Se había iniciado en la poesía colaborando en la revista Aventure que dirigía Vitrac y en la que también participaba, entre otros, Crevel. Gracias a Péret conoció a Breto, Aragon, Tzara y Picabia, componentes del núcleo duro del dadaísmo parisino. En el momento en que Breton, en 1922, se separó de esta corriente para fundar el surrealismo, le siguió colaborando en las diferentes publicaciones del movimiento: primero en Littérature y después en La Révolution Surréaliste. Con motivo del segundo manifiesto surrealista de Breton, se separá, siguiendo su labor periodística que desde joven había ejercido, y por la que era duramente criticado por sus colegas surrealistas.
Luego vinieron los años de la sangrienta cruzada hispana y su apoyo a la causa republicana, acogiendo en su casa, de la calle Mazarine, a refugiados que huían de la bota franquista, interviniendo en la puesta en escena de obras antifascistas (Numancia de Jean-Louis Barrault), organizando un homenaje a Federico García Lorca («¡Alerta! / La roja cosecha de los libertados está en sazón. / ¡Alerta! / Mañana, esta noche, hoy. / ¡Alerta!/ García Lorca ha muerto…») y participando con la presentación del espectáculo con el que concluyó el II Congreso Internacional de Escritores… «Desnos aprovechó cualquier circunstancia para expresar su simpatía por la España republicana y en general por todos los oprimidos» que dijese César Vallejo en su Confieso que he vivido. [En una entrevista Patrick Modiano declaraba haberse inspirado para el título de su primera obra, La plaza de la Estrella, en un escrito del poeta, añadiendo que «de 1962 a 1964, pasaba cada mañana, de camino al liceo, por el número 19 de la calle Mazarine, allí donde sabía que había habitado y habías sido detenido. Y cada vez pensaba en él»].
El mañana que surgiría del hoy, que versificaba en su poema en Florencia (1929), no tuvo lugar al menos para él, y en aquellos años veinte, como previendo lo que luego vendría escribía: «Pues la ruta se rompe en los bordes de los precipicios / siento llegar los tiempos en los que morirán los amigos / Y los amantes de antaño y de hoy / He ahí que llegan los días de crepe y de artificio». Más tarde ya en pleno fragor del combate mantendría que no valía la pena implorar a los santos ni siquiera a Valérien que se oculta en la colina [ha de tenerse en cuenta que en tal lugar, Mont Valérien, fueron fusilados más de mil de resistentes] y… el poema titulado precisamente Epitafio: «He vividos en estos tiempos y desde mil años / Estoy muerto. Vivía, no caído sino golpeado. / Toda nobleza humana estando emprisionada / Era libre entre los esclavos enmascarados. // He vivido en estos tiempos siendo libre sin embargo. / Miraba el río y la tierra y el cielo / Girar alrededor de mí, guardar su equilibrio / Y las estaciones ofrecer sus pájaros y su miel. // ¿Vosotros que habéis hecho de estas fortunas? / ¿Sentís los tiempos en los que me debatía? / ¿Habéis cultivado en pos de cosechas comunes?/ ¿ Habéis enriquecido la ciudad en la que habitaba? // Vosotros los vivos, no temáis nada de mi, pues estoy muerte. / Nada sobrevive de mi espíritu ni de mi cuerpo».
Así, este «corazón que odiaba la guerra» que respondía al nombre de Robert Desnos y que firmaba como Robert Desnos como dijese en una contestación a Monsieur Louis Ferdinand Destouches que firmaba Louis-Ferdinand Céline.