Por Iñaki Urdanibia.

El día 28 de marzo de hace setenta y cinco años, moría el poeta , víctima de la (in)justicia franquista…se unía así la suya a las de Federico García Lorca y Antonio Machado… Tres poetas, tres asesinatos de la sinrazón fascista.

«Entiendo que todo teatro, toda poesía, todo arte, ha de ser, hoy más que nunca, un arma de guerra…Yo me digo hay que sepultar las ruinas del obsceno y mentiroso teatro de la burguesía»

«Los poetas somos viento del pueblo: nacemos para pasar soplando a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas. Hoy, este hoy de pasión, de vida, de muerte, nos empuja de un imponente modo a ti, a mí, a varios, hacia el pueblo. El pueblo espera a los poetas con la oreja y el alma tendidas al pie de cada siglo»

«¡ Adiós, hermanos, camaradas y amigos : / despedidme del sol y de los trigos !»

La muerte del poeta en la enfermería de la cárcel de Alicante, fue clara muestra de la crueldad del régimen instaurado por medio de una larga guerra civil. Llevaba tiempo enfermo – el hambre, el frío y la falta de salubridad de la infecta prisión, amén del maltrato recibido-: bronquitis, tifus, y al final una tuberculosis que acabo con su vida el día 28 de 1942; «Llegó con tres herida: / la del amor, / la de la muerte, / la de la vida./ Con tres heridas viene: / la de la vida, / la del amor, / la de la muerte. / Con tres heridas yo: / la de la vida, la de la muerte, / la del amor.». Llevaba tres años encarcelado y no eran pocos quienes habían solicitado que visto su estado debería ser trasladado a un hospital para ser tratado de su lamentable estado de salud…allá lo mantuvieron hasta el final. Y la voz combativa de este cabrero autodidacta se calló, fruto del castigo fascista. En tal cárcel había acabado tras ser entregado en 1939 por los esbirros de Salazar y pasar por distintas prisiones franquistas (Huelva, Palencia, desde donde aquejado por una neumonía, fue trasladado a Madrid en donde, en Yeserías, se encontró con su amigo Antonio Buero Vallejo (de él dijo éste: «para mí es Miguel Hernández un poeta necesario, eso que muy pocos poetas, incluso grandes poetas, logran ser») y también llegó a compartir encierro, en la improvisada cárcel de Torrijos con Gila que le describía así: «yo conocía a Miguel Hernández porque al igual que Rafael Alberti se había llegado hasta el frente a recitarnos sus poemas; pero el Miguel Hernández que yo había conocido era un hombre rústico, macizo, con ojos brillantes y mandíbula fuerte, y este Miguel Hernández que ahora paseaba por el patio de la prisión de Torrijos tenía movimientos lentos y sus ojos apenas se entreabrían. El trato recibido por la policía portuguesa al ser detenido, y, posteriormente las palizas recibidas cuando fue entregado a las autoridades franquistas le habían marcado muy hondamente»; más tarde una estancia breve en Sevilla, tras alguna puesta en libertad debida a un inesperado indulto, es llevado de vuelta a la cárcel madrileña, después Ocaña, luego, en provisional libertad , no tuvo mejor idea que ir a su pueblo para ver a su familia, un chivato pasó la noticias a la autoridad competente que le detuvo y lo encerró en una improvisada cárcel en su pueblo, para todavía seguir con el infame periplo carcelario: Albacete, Madrid – en donde se le conmuta la pena de muerte que se le había impuesto por cadena perpetua-, y…al final, Alicante, en donde su salud ya quebrada acabó con su existencia. «Las cárceles se arrastran por la humedad del mundo, / van por la tenebrosa vía de los juzgados: / buscan a un hombre, buscan a un hombre , lo persiguen, / lo absorben, se lo tragan.» Varios hombres cercanos al régimen le habían propuesto que abandonase sus ideas y que se arrepintiese de su pasado con lo que lograrían su libertad, a lo que él replicaba : «me parece increíble que esos viejos amigos no me hayan conocido mejor. ¡Que hayan venido a verme para hacerme proposiciones deshonestas , como si Miguel Hernández fuera una puta barata!». Lo había dejado dicho : «Si me muero, que me muera / con la cabeza muy alta. / Muerto y veinte veces muerto, / la boca contra la grama, / tendré apretados los dientes / y decidida la barba ». Se cuenta que Goethe en sus últimos suspiros dijo: “ más luz”, el de Orihuela se dice que tras morir siguió con los ojos abiertos como si no hubiese visto suficiente y quisiera más a pesar de los bastantes momentos de “noche oscura del alma” e innumerables dolores que le tocaron padecer.

Breve pero intensa existencia (había nacido en Orihuela el 30 de octubre de 1910), en la que dedicó muchos esfuerzos a luchar con la pluma y también con el fusil, en diferentes frentes (Teruel, Aragón, Jaén, Madrid, , enrolado en el 5º regimiento, y participando en mítines, visitas a diferentes frentes con el fin de animar a los soldados de la república, y representante del gobierno legítimo, y legal, en distintos congresos por la paz en Moscú y en otros lugares.

No había aprendido a leer hasta los once años, y los breves estudios , que iniciados cursó con éxito, no sirvieron para que su padre le permitiese continuar, con becas, los estudios como le proponían sus profesores…No, el muchacho debía seguir la profesión del padre: dedicarse al cuidado de las cabras, como así y hizo, mas quiso el azar que un clérigo le facilitase el acceso a diferentes obras poéticas (Paul Valery, Góngora, Garcilaso, Quevedo, san Juan de la Cruz, Vicente Aleixandre…) y devorando todo lo que en sus manos caía (además de los poetas nombrados, leyó a Cervantes, Lope de Vega, Gabriel y Galán…), lecturas que le motivaron y le inspiraron para iniciar su dedicación a la escritura. Más tiras que aflojas tuvo con su progenitor cuando este vio que su hijo dedicaba demasiado tiempo a la escritura; ante lo que él juzgaba inútil actividad pretendió que su hijo estudiase contabilidad para subir en la escala social, aunque lo que realmente le guiaba era alejarle de la maldita escritura…actividad que Miguel continuaba a escondidas, convirtiendo la escritura / lectura en una actividad clandestina. .

Temprana vocación que logró su recompensa con algún premio local en Elche, con el que bajo el brazo se trasladó a Madrid en donde fue acogido con cariño por los círculos poéticos (Vicente Aleixandre, Federico García Lorca o Pablo Neruda a la sazón embajador de Chile, José Bergamín, Luis Cernuda). A partir de entonces la dedicación a la escritura creció y las obras comenzaron a sucederse.

Llegada la guerra se alistó en el bando republicano y al poco comenzó su militancia en el PCE; su poesía pasó de ciertos aires gongorinos y barrocos (con metáforas cercanas a su mundo rural) y poemas amorosos (El rayo que no cesa) a cantos combativos en consonancia con la situación que se vivía (Vientos del pueblo, obra dedicada a Vicente Aleixandre, a quien dirigió las palabras que constan en la cita segunda al inicio, en exergo, de este artículo; cfr. Epistolario. Alianza Tres, 1986) , escribiendo también teatro para la ocasión (El refugiado), « teatro de circunstancias» que decía Max Aub o « teatro de guerrilla» del que hablase Federico García Lorca [ junto a la pieza nombrada pueden verse más ejemplos de este tipo de obras de Rafael Alberti, Germán Bleiberg, Rafael Dieste, Y María Teresa León, en : « Teatro de agitación política. 1933-1939» (Cuadernos para el diálogo, 1976). [Con respecto al teatro no deben pasarse por alto « El torero más valiente. La tragedia de Calixto . Otras prosas » (Alianza Tres, 1986 / no apto para anti-taurinos) o « El labrador de más aire » (Cátedra. Letras Hispánicas, 1997) ].

Y continuando su obra con los dolores de la guerra plasmadas en sintientes versos (El hombre acecha ) y ya la conclusión de su obra llegó en los tiempos de su reclusión en los que fue componiendo el Cancionero y romancero de ausencia en donde muestra el dolor ante la muerte de su hijo – anteriormente se les había muerto otro a lo pocos días de nacer («muerto niño, muerto mío,/ Nadie nos siente en la tierra/ donde haces caliente el frío »); y el amor a su esposa Josefina Manresa. [ Para situarse en el contexto cultural de aquellos tiempos puede recurrirse a algunos textos guerreros de Gonzalo Santoja o a Las armas y las letras. Literatura y guerra civil ( 1936-1939) de Andrés Trapiello (Planeta, 1994)].

En este año aniversario no van a faltar los actos de homenaje al igual que algunas publicaciones florecen: así Kalakandra recupera veinticinco de sus poemas más célebres (Nanas de la cebolla, Elegía primera, El niño yuntero, Llegó con tres heridas) – Veinticinco poemas ilustrados -, con ilustraciones de Ajubel, Antonio Santos, Miguel Calatayud, Pablo Auladell, Javier Zabala o Elisa Argullé; Nórdica también anuncia Cuentos a mi hijo Manolillo, que el de Orihuela escribió en 1941 en la cárcel de Alicante …seguro que muchas más publicaciones, y actos, verán la luz y harán resonar su verbo popular.

« Que mi voz suba a los montes / y baje a la tierra y truene, / eso pide mi garganta / desde ahora y desde siempre./ Acércate a mi clamor, / pueblo de mi misma leche, / árbol que con tus raíces / encarcelado me tienes, / que aquí estoy yo para amarte / y estoy para defenderte / con la sangre y con la boca / como dos fusiles fieles. / Si yo salí de la tierra, / si yo he nacido de un vientre / desdichado y con pobreza, / no fue sino para hacerme / ruiseñor de las desdichas, / eco de la mala muerte, / y cantar y repetir / a quien escucharme debe / cuanto a penas, cuanto a pobres, / cuanto a tierra se refiere ».

Adenda bibliográfica :

En lo que hace a los poemas no hay mayores problemas en hallarlos ya que además de las distintas ediciones de Losada o Alianza Editorial, hace ya unos años, en 1992, Espasa-Calpe publicó en dos tomos su Obra completa.

Con respecto a la figura del poeta han de tomarse en cuenta:

Agustín Sánchez Vidal, « Miguel Hernández, desamordazado y regresado » (Planeta, 1992)

Leopoldo de Luis, « Aproximación a la obra de Miguel Hernández» (Libertarias / Prodhufi, 1994)

José Luis Ferris, « Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta » (Temas de Hoy, 2002).